Actividades 2020

Homenajes en redes sociales a la Virgen de Consolación

Las redes sociales son medios muy activos donde circulan cantidades de mensajes que demuestran la fe y devoción de mucha gente hacia La Patrona del Táchira.

En esta ocasión, nos llega el tema dedicado a la virgen de un estudiante de la carrera de Música de la Unet, en san Cristóbal. es una versión del Himno a la Virgen de Consolación de Tariba con la Letra del Padre Serafín Prado.

Los arreglos e interpretación corresponden a Samuel Sánchez Martínez, estudia Primer Semestre en la UNET. El tema fue grabado en Agosto 2020.

Misa Pontifical 2020: Sábado 15 de Agosto

Como en años anteriores, esta web dedicada a la Virgen, retransmitió en directo la Misa Pontifical con motivo del Día de la Virgen de Consolación. Este año se realizó en la catedral de San Cristóbal, con la presencia de la imagen de la Patrona del Táchira y participación del Rector de la Basílica Pbro. Borelli Arellano, el Sábado 15 de Agosto a partir de las 10 A.M.

Con motivo de la pandemia del coronavirus, esta eucaristía se realizó a puerta cerrada en la Catedral de San Cristóbal; sin embargo, contó con el apoyo en la parte de tecnología, del Deportivo Táchira TV, quienes fueron los encargados de llevar a la web la señal de los actos para todo el mundo, vía YouTube. Por supuesto, no todo les salió perfecto, pero otros medios pudieron tomar la señal para retransmitir por la radio así como la Televisora Regional del Táchira, la cual no ha fallado en cada 15 de agosto.

El pasaje bíblico de las Bodas de Caná de Galilea, en el Evangelio de Juan 2:1-11, fue leído por el padre Borelli Arellano. Luego, el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal: Mario del Valle Moronta tomó los hechos para esbosar un sermón que reflejó la situación de hoy día y el sufrimiento venezolano de estos tiempos.

Escuche el audio editado, de la Misa Pontifical 2020 (para conexiones lentas de internet)

Estudios del retablo de la Virgen de Consolación indican que tendría 7 siglos

*** El estudio aumenta su antigüedad entre 150 y 200 años, señalando el año 1300 y no 1540 como se ha divulgado en los documentos históricos de manera estimada.


Por: César Omaña
Webmaster de virgendeconsolación.com


Con gran asombro se recibe la noticia: El trabajo de investigación, llevado pacientemente por varios años, tal vez desde 2010, sobre la tablita de la Virgen de Consolación de Táriba, concluye que la pintura de la imagen, al menos tiene 150 años más de lo que hasta hace poco se estimaba, cuando se ubicaba, como año de la pintura, cerca del año 1540.

La información proviene del estudio formal realizado por el Doctor en Historia del Arte: Samir Sánchez, cuyo libro llegó a las manos del ex presidente de la Academia de la Historia del Táchira: Lic. José Ernesto Becerra Golindano, y nos entrega sus declaraciones para la web dedicada a la Patrona del Táchira: www.virgendeconsolación.com, este 14 de agosto, a escasas horas de celebrarse su día central en Táriba.

Aunque, el autor de la nvestigación afirma: “Sólo un estudio especializado, con base en el análisis espectral de los componentes químicos de los pigmentos, permitirá determinar con precisión, el tipo de técnica pictórica empleada en la elaboración del cuadro. No obstante, y partiendo de la observación simple y detallada de la tabla, se podría concluir de forma previa -en nuestro criterio- que la misma fue al temple.”

Luego, al indagar sobre la técnica al temple, en la historia de la humanidad, se llega al libro del autor italiano Cennino Cennini (1370- c. 1440), del año 1390. Diversos indicios, llevaron al Dr. Samir a plantear “La hipótesis del empleo de pintura al temple en el retablo de Táriba”, la cual construye y formula describiendo siete indicios precisos descritos en su trabajo.

La entrevista al Prof. José Ernesto Becerra, apreciado miembro de la comunidad taribense y ucatense, expone en palabras sencillas, la relevancia de este hallazgo del Dr. Sánchez. Presentamos las declaraciones del Prof. Becerra y es oportuno deja aquí algunas consideraciones:

La primera, es que podría surgir a partir de esta investigación de carácter científico, una alianza internacional para contar con la tecnología de este tiempo, a fin de datar con más precisión la fecha de la imagen.

La segunda, se hace imprescindible la formalidad de un protocolo más exigente para el manejo y cuidado del retablo, donde deberán participar especialistas en arte y conservación, pues al correrse doscientos años mas atrás en el tiempo, el origen de la tablita, su valor histórico crece exponencialmente y obliga a tomar las medidas de protección y seguridad.

Entrevi

Entrevista al Prof. José Ernesto Becerra - La Imagen de la Virgen de Consolación

Homilía 2020 de la fiesta de Nuestra Señora de la Consolación

*** El Obispo Mons. Mario Moronta apoya su mensaje 2020, en el pasaje de la biblia cuando Jesús convierte el agua en vino.

El Táchira tiene una profunda vocación religiosa. Desde los inicios de su historia, la evangelización en esta hermosa región fue acompañada por el Señor Jesús y por su Madre, la Virgen María. Nos conseguimos cómo estas tierras han sido, a la vez bendecidas por la protección mariana desde hace más de cuatro siglos: así lo demuestran las principales advocaciones que han recibido una particular aceptación en nuestros pueblos: desde la Virgen de la Luz en la frontera con Colombia hasta la Virgen de los Ángeles en las alturas andinas de La Grita; desde Chiquinquirá que en su caminar hacia el norte fue hospedada por la antigua ermita situada entonces a la salida de la ciudad hasta Coromoto, patrona de Venezuela. De manera particular, auspiciada por los agustinos, nos conseguimos la Virgen de la Consolación, cuyo santuario está en Táriba, el Nazaret del Táchira.

No hay hogar tachirense que no tenga una imagen de María de la Consolación. Ella ha entrado, como el Santo Cristo de La Grita, en el alma tachirense y es uno de los hermosos íconos de nuestra fe y vida eclesial. Su imagen, sencilla y llena de símbolos, es atrayente. El peregrino y el devoto encuentran siempre en ella un motivo de especial oración y contemplación. A ella acuden numerosos peregrinos venidos de todas partes de la geografía nacional e internacional. Es Madre de todos nosotros y es la flor más bella de los Andes venezolanos.

Este año, por la emergencia sanitaria que estamos atravesando, no hemos podido peregrinar físicamente a su santuario. Sin embargo, ella ha salido, como muchas veces lo ha hecho, para encontrarnos en nuestras comunidades, hogares y corazones. Así se ha hecho peregrina que ha venido a nuestro encuentro. Cada una de nuestras casas y personas se ha convertido, entonces, en un pequeño y grande santuario: pequeño, por las condiciones propias; pero grande por la Peregrina que nos llena de su amorosa protección y nos enlaza con tantísimos santuarios que Ella misma visita y con el gran Santuario del Reino donde está su Hijo, el del Rostro Sereno y Salvador.

Ella se nos ha dado a conocer a través de la religiosidad popular y la enseñanza de la Iglesia, aunque la verdadera y más hermosa fuente la encontramos en la Palabra de Dios. Es allí donde la descubrimos como Madre de Dios y la recibimos como Madre nuestra. El Evangelio nos habla de ella, quizás en pocas ocasiones, pero ciertamente con la profundidad de su misterio. El misterio de María no es de tipo esotérico, sino de carácter sacramental. Ella es Madre de Dios y primera discípula de su Hijo, el Divino Maestro. Con Ella aprendemos muchas cosas, como el saber contemplar a Dios, al guardar y meditar su Palabra en el corazón; esa misma Palabra en y con la cual va a cumplir la voluntad del Padre Dios; es la Palabra que se encarna y habita en medio de nosotros, gracias a su Sí, con el cual recibió la gracia de ser Madre del Altísimo.

En María del Táchira, podemos hallar un motivo para admirar desde lo más íntimo de nuestro ser, el misterio de Cristo. En y para el Táchira, María sigue siendo luz que ilumina nuestras sendas. Cuenta la tradición histórica, que su “tablita” resplandecía cada noche en el hogar de la mujer que la custodió durante mucho tiempo. La gente la veía desde lejos y hasta se aventuraron a venir desde la “lejana” villa de San Cristóbal y sus alrededores, hasta Táriba para dejarse envolver por esa luz. Hoy, también la luz de María, que es la misma de su Hijo, nos permite con seguridad por las sendas que nos conducen a la novedad de la salvación.

La luz de María es la misma de la Palabra; es decir, la de su Hijo quien se identificó precisamente como “Luz”; a la vez, como “Camino Verdad y Vida”. Ella lo supo desde el primer momento de la encarnación, en el hermoso encuentro de la Anunciación con el Arcángel Gabriel. Hoy, los destellos de esa luz, reflejados desde las lecturas que hemos escuchado, nos permiten orar eucarísticamente y descubrir de nuevo la luminosidad que brota no sólo desde la querida “tablita” de Táriba sino desde la amorosa presencia en cada uno de nosotros.

Nuestra celebración eucarística de hoy nos presenta el significativo texto de las Bodas de Caná. ¿Por qué es significativo? Podemos dar muchas razones, pero lo que nos ofrece el evangelista Juan en esa perícopa nos da una pista. Es significativo, entre otras cosas, porque allí Jesús realiza la primera de las señales que lo van a dar a conocer como Mesías y Maestro; a la vez, allí, manifestó su gloria y los discípulos comenzaron el camino de la fe en Él. El evangelista destaca que se trataba de un evento familiar, la boda de algunos amigos o parientes. Y, junto a Él y sus discípulos, se encontraba su Madre, María. Ella, al darse cuenta del apuro que van a tener los novios al acabarse el vino, le pide a Jesús que dé a conocer que ya ha llegado su “hora”. Es ella quien introduce la acción de Cristo para revelar que sí, que su “hora” ha llegado. Es cuando le dice a los servidores “hagan ustedes lo que Él les diga”. Jesús les pide llenar de agua las tinajas que se encontraban en el lugar. Realiza la señal primera de su gloria: transforma el agua en vino, el cual resulta ser mucho más delicioso que el que se solía dar cuando la fiesta estaba avanzada.

Este relato nos permite leer la realidad vivida hoy en nuestra región y nación. También María y Jesús están en medio de nosotros. Nunca se han ido de nuestro lado. Quizás muchos no lo perciben. Como bien lo señaló el Papa Francisco al referirse a la dura situación causada por la pandemia, el Señor está en nuestra barca y hay que tomar conciencia de ello. Lo mismo acontece con nosotros y lo podemos percibir desde la narración de este primer signo en Caná de Galilea.

Se ha ido acabando el vino. Este siempre es signo de prosperidad y de esperanza. En las culturas mediterráneas, nunca falta el vino en la mesa, tanto del rico como del pobre. Es símbolo de vitalidad, de presencia de Dios y de comunión entre los hermanos y amigos. Siempre se brinda con una buena copa de vino, para expresar la sintonía del amor en la amistad y la fraternidad. Cuando falta el vino falta algo que expresa lo esencial… y se introduce la tristeza o la crítica insana o el rechazo al otro.

No es ningún secreto cómo en medio de nosotros, está faltando el vino. Quizás no se previó lo suficiente como le pasó a aquellos novios. Hubo el descuido por falta de previsión o la confianza extrema en que nunca dejaría de haberlo. Pero aconteció y es algo preocupante: falta el vino en nuestras tinajas. Nos conseguimos con el escasez del vino sabroso de la seguridad ciudadana, del respeto a la dignidad humana, de la práctica de los valores y virtudes… eso sí, por si acaso, no se ha agotado el vinagre que puede ser causado por el mismo vino cuando comienza a agotarse y agitarse en el fondo de las tinajas: el de la maldad, el de la corrupción, el de todo lo que conduzca a división y olvido de los demás.

Entonces, podemos percibir en nuestra contemplación del texto evangélico, cómo la presencia actuante de María en medio de nosotros, vuelve a relucir en la petición dirigida a su Hijo: “No tienen vino”. Jesús no parece tener escapatoria, porque su “hora” no sólo había llegado, sino ha sido cumplida con su entrega redentora. Nuevamente María se dirige a quienes pueden cooperar con la acción de Jesús. De allí que nos recuerda y nos da un mandato: “Hagan Ustedes lo que Él les diga”. Se repite la petición de Jesús, de llenar las tinajas con agua.

¿Cuál es esa agua? Él la identificará tiempo después en su encuentro con la Samaritana. Será el agua que salta hasta la vida eterna. Es el agua de la salvación, identificada con nuestra fe, nuestra esperanza y caridad. Es el agua del compromiso nacido por el seguimiento de Jesús. Es el agua de su presencia en medio de nosotros hecha patente por medio del propio testimonio de vida. Es lo que se nos pide.

El texto que estamos meditando tiene una expresión que nunca debe pasar desapercibida. El agua fue transformada en vino. Es un signo, más que un milagro. Con ello se anuncian dos cosas de tipo sacramental: la primera es la transformación bautismal con la cual pasamos del antes de la oscuridad al ahora de la luz. Y, junto a ello, la otra transformación, del pan y el vino al Cuerpo y la Sangre de Cristo. Anuncio profético del Bautismo y de la Eucaristía.

Al cumplir con lo pedido, Jesús continúa haciendo lo mismo. Para ello dejó la herencia de la Iglesia, y así poder hacer lo mismo como memoria viva de su presencia y de su obra salvífica. Con el dinamismo bautismal y eucarístico que nos ha dado, va a seguir transformando el agua en el vino delicioso como el de la fiesta de Caná. Es el vino de la liberación total; de la paz verdadera y de la plenitud que hace sentir la fuerza de la nueva creación.

Es un signo o señal que se sigue repitiendo. Es el sacramento de su presencia, puesta de relieve gracias a María quien le advierte la llegada de su “hora”. Al cooperar con Él al llenar del agua para ser transformada en el vino nuevo del Reino, muchos reafirmarán su fe y otros se acercarán a fin de conocerlo y decidirse a seguirlo.

Ahora bien, no podemos quedarnos sólo en este aspecto bonito de la interpretación y de la reflexión. Es necesario, pues ofrece iluminación a nuestro caminar y actuar. Hay que dar un paso más, e irrenunciable. ¿Qué nos dice y a qué nos invita este texto evangélico de las fiestas de Caná? Al responder a estas interrogantes, podemos detenernos en tres respuestas para afinar el compromiso que debemos asumir en este momento.

La primera de ellas tiene que ver con lo que nos pide María. Al estudiar detenidamente la Sagrada Escritura, particularmente el Nuevo Testamento, nos vamos a conseguir algunos imperativos parecidos entre sí y que confluyen en el de la institución de la eucaristía: HAGAN ESTO EN MEMORIA MÍA. No olvidemos que toda nuestra existencia tiene esa dimensión eucarística. No reducimos la Eucaristía a meros ritos litúrgicos. Es algo mucho más importante ya que es expresión del ser y del quehacer de la Iglesia. No en vano afirmamos que “la Iglesia hace la Eucaristía y la Eucaristía hace la Iglesia”. Ese mandato de la Última Cena encuentra un anuncio profético en otros imperativos: el de las Bodas de Caná; el dado a los discípulos en el episodio de la multiplicación de los panes y peces: DENLES USTEDES DE COMER.

Para nosotros, el mandato de María tiene plena vigencia. Lo unimos al de la Última Cena. HAGAN USTEDES LO QUE JESUS LES DICE. Hoy el Señor nos vuelve a pedir llenar las vasijas con agua. Para hacerlo, ciertamente, hemos de estar comprometidos en la fiesta, cuales participantes o servidores. Cuando uno no siente ese compromiso, al acabarse el vino se comienza a criticar, murmurar y despreciar al dueño de la fiesta, a los trabajadores. Sale a flote la mezquindad y la prepotencia, la arrogancia y la autosuficiencia. Esto lo conseguimos con mucha frecuencia en nuestra sociedad actual. En el Caná que vivimos hoy, ante la falta de vino nos conseguimos con la actitud de muchos que reclamarán pero sin ser capaces de llenar las vasijas con agua. Son esos que se creen más que los demás, que no escuchan el clamor de la gente más necesitada, los que le exigirán que la Iglesia haga y actúe siempre a favor de sus intereses, pero que cuando ella les critica se rasgan las vestiduras y despotrican de ella… Son quienes optan por el comodismo de cambiar las situaciones desde escritorios o con análisis sesgados o se instalan en la mediocridad de la falta de compromiso con los más vulnerables… o sencillamente buscan cómo aprovecharse de la situación y pontifican preceptos y enseñanzas vacías de sentido…

HAGAN USTEDES LO QUE JESUS LES DICE. El nos está advirtiendo hoy muchas cosas: que hemos de remar mar adentro, lanzar las redes, compartir el pan con quien no lo tiene, acompañar al migrante herido en su dignidad, apoyar al médico que da lo mejor de sí, tener olor de pueblo… esa es la fuente de donde debe brotar el agua de nuestra generosidad, entrega, solidaridad, justicia.. Al cumplir con ese mandato brotado de los labios de María, tendremos un apoyo para hacer realidad el mandato eucarístico. Estaremos haciendo la memoria viva del Jesús Liberador de la Pascua redentora. Estaremos actuando en el nombre del Señor.

Una segunda respuesta, conlleva también el compromiso de ser instrumentos de Cristo para hacer el milagro o señal que hoy se requiere: la transformación. Es Cristo mismo quien la debe realizar con la fuerza de su Espíritu. Desde el Bautismo hasta la Eucaristía, con el Espíritu, Jesús hace la transformación radical de nuestras existencias. Esa transformación es radical, plena y total. Va a alcanzar su culmen en la Cruz y en la Resurrección, hasta el punto de dar paso a la Nueva Creación. El Señor va a transformar el agua con la cual llevaremos las vasijas de nuestro hoy. Y se producirá el vino nuevo, delicioso, señal también de “los nuevos cielos y la nueva tierra” de la que nos habla la Escritura Santa.

Nos corresponde ser cooperadores en esta transformación. No sólo porque llenamos las tinajas; sino también porque lo llevamos a degustar a tantos maestresalas que andan de un lado para el otro. Nos toca hacerles sentir que de verdad hay un vino mejor que el ofrecido por ellos. Se trata del vino de la justicia, de la solidaridad, del acompañamiento a los más vulnerables, de la dignificación continua de la persona humana; de la defensa de la vida y de la familia; de la libertad y de la paz…

Esos maestresalas se admirarán del vino nuevo y delicioso y llamarán la atención como lo hizo el del relato evangélico. Se admirarán y dirán que para el final siempre se sirve el vino baratón o de menor calidad… Ese vino es el del desprecio a los seres humanos, el de la usura y especulación, el de la corrupción y aprovechamiento, de la mediocridad y de la arrogancia… es el vino ofrecido por falsos maestresalas: los defensores de ideologías contrarias al plan de Dios y a la dignidad humana, los narcotraficantes, los violentos, los contrabandistas, los aprovechadores que oprimen a los más vulnerables…No hay que extrañarse que también intenten vaciar esa tinajas del vino nuevo para ofrecer el vino rancio de sus maldades…

La tercera respuesta también conlleva un compromiso de nuestra parte: el testimonio. Dar a conocer cómo el Señor es quien realiza la obra, reafirmar nuestra fe de discípulos y animar a muchos a que se atrevan a seguir al Maestro de Nazaret. Hoy el mundo cree más a los testigos que a los maestros. Hoy la gente sencilla sabe distinguir entre quienes sólo buscan sus propios intereses y se olvidan de ellos… pero la gente es sensible al ejemplo y a la santidad de los discípulos. No faltará quien descalifique. Esa es una de las características del diablo: descalificar para dividir. Por eso, no nos extrañe que ante el testimonio que podamos dar el maligno quiera y pretenda destruirnos y desanimarnos. ¡Es tan fácil descalificar a quien busca hacer el bien! ¡Hasta Jesús sufrió lo mismo, pues llegaron a decir que actuaba en nombre de Satanás!

Pero tenemos una seguridad. Nos lo recuerda Juan: Y manifestó su gloria, y creyeron en él sus discípulos. Hoy se sigue manifestando la gloria de Dios: en los creyentes y no creyentes que actúan en su nombre. En quienes cooperan para lograr la transformación del agua en vino de esperanza y salvación; en quienes llenan las tinajas con el agua que salta hasta la vida eterna. La mejor y gran manera de manifestar esa gloria de Jesús, el Dios humanado, y promover la llegada de nuevos discípulos o el acercamiento de los alejados, es precisamente con el testimonio de vida. Como bien lo sabemos, siendo testigos del Resucitado. Para ello también tenemos una garantía: hemos sido transformados en lo más profundo de nuestro ser hasta llegar a ser hijos de Papá Dios y sentir que por él, Cristo, somos lo que somos (cf. 1 Cor 15,10).

La festividad de María de la Consolación hoy, en la forma inédita que la celebramos por las condiciones creadas por la pandemia que nos ataca, deviene en una tremenda oportunidad para hacer lo que Cristo nos enseña. Para saber que Ella nos da a conocer la proyección de la “hora” salvífica de su Hijo, y cómo estamos involucrados en la transformación eucarística de nuestra sociedad. Transformación eucarística porque nos toca hacer de esta sociedad el ámbito donde resplandezcan las consecuencias del Cuerpo entregado y la sangre derramada para nuestra salvación. Es el compromiso, ciertamente, de la liberación pascual.

Dentro de unos instantes, la ofrenda terrena, fruto de nuestro esfuerzo y trabajo, se convertirá en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Resucitado, el Hijo de María. Lo ofreceremos al Padre. Pero, no olvidemos que estamos asociados a Él en esa oblación por el hecho de ser también “ofrendas vivas”. María estará allí, en el Reino del amor eterno, para acompañarnos con su maternal intercesión. Hoy podemos decir, con cariño de hijos y agradecimiento filial, cómo en el Táchira, María nos ayuda a entender lo que el Señor, su Hijo, nos pide y manda. Ella es intercesora y, como la luz de la “tablita” que llamó la atención a muchos, nos sigue acompañando e iluminando en nuestro peregrina… hoy cuando ella lo hace hacia sus nuevos santuarios, los de nuestras comunidades, hogares y corazones.


+MARIO MORONTA R., OBISPO DE SAN CRISTÓBAL

15 DE AGOSTO 2020.

Devotos de la Virgen de la Consolación celebran su fiesta como peregrinos virtuales

por: Diario Católico - 15-08-2020

La pandemia no es obstáculo para vivir la fe, así lo han demostrado los devotos de la Virgen de la Consolación, patrona del estado Táchira. Quienes como peregrinos virtuales vivieron su fiesta este 15 de agosto, siguiendo la Misa Pontifical a través de la radio, televisión y redes sociales.

La ceremonia la presidió el Obispo Mario Moronta, en la Catedral de San Cristóbal a puerta cerrada con la presencia de algunos sacerdotes. Desde la Basílica de Táriba, que también permanece cerrada trajeron una réplica de la imagen venerada de Nuestra Señora de Consolación.

Los devotos a la Virgen participan de esta fiesta con la peregrinación virtual hasta el 11 de septiembre, rezando el rosario en casa, meditando la Palabra de Dios, y haciendo obras de caridad.

“En María del Táchira, podemos hallar un motivo para admirar desde lo más íntimo de nuestro ser, el misterio de Cristo. En y para el Táchira, María sigue siendo luz que ilumina nuestras sendas”, expresó monseñor Mario Moronta.

El Obispo reflexionó sobre el texto evangélico de las bodas de Caná, indicando que a este acontecimiento donde intercede la Virgen María por quienes tiene sus vasijas vacías, nos pide tres respuestas. La primera de ella, recordando el “Hagan ustedes lo que Jesús les dice. Nos está advirtiendo hoy muchas cosas: que hemos de remar mar adentro, lanzar las redes, compartir el pan con quien no lo tiene, acompañar al migrante herido en su dignidad, apoyar al médico que da lo mejor de sí, tener olor de pueblo”, dijo.

En segundo lugar, con el milagro de la transformación de agua en vino, “nos corresponde ser cooperadores en esta transformación. No sólo porque llenamos las tinajas; sino también porque lo llevamos a degustar a tantos maestresalas que andan de un lado para el otro”.

El Obispo señaló que, en tercer lugar, el milagro en Caná nos exige testimonio: “Dar a conocer cómo el Señor es quien realiza la obra, reafirmar nuestra fe de discípulos y animar a muchos a que se atrevan a seguir al Maestro de Nazaret. Hoy el mundo cree más a los testigos que a los maestros”.

Finalmente indicó monseñor Mario Moronta que “la festividad de María de la Consolación hoy, en la forma inédita que la celebramos por las condiciones creadas por la pandemia que nos ataca, deviene en una tremenda oportunidad para hacer lo que Cristo nos enseña. Para saber que Ella nos da a conocer la proyección de la “hora” salvífica de su Hijo, y cómo estamos involucrados en la transformación eucarística de nuestra sociedad”.

Antes de la bendición, el Prelado elevó una plegaria ante la imagen de la Virgen de Consolación: “Te pedimos nos sigas acompañando en el Táchira y en todo el universo. Que la nuestra siga siendo una Iglesia en salida, pobre para los pobres y fiel al Evangelio”. (Prensa DiócesisSC)

El Obispo Mario Moronta el 15-08-2020 ante la Virgen de Cosolación de Táriba.

Transmisión de la Misa Pontifical 2020

Como en años anteriores, por esta web dedicada a la Virgen, se retransmitirá la eucaristía especial de Día central de la Virgen de Consolación; la Misa Pontifical 2020 en honor a la Patrona del Táchira, será el Sábado 15 de Agosto a partir de las 10 A.M.

Con motivo de la pandemia del coronavirus, se realizará a puerta cerrada en la Catedral de San Cristóbal; pero, con la transmisión vía internet por los siguientes canales católicos:

YouTube: Diócesis de San Cristóbal

Radio: Radio Natividad en San Cristóbal: 95.7 FM y 101.7 FM

Día 7 de la peregrinación virtual a la Virgen de Consolación

#14Ago Peregrinación virtual con la Virgen de Consolación: Meditación VII

El presbítero Dídimo Bonilla dirige la meditación de hoy: María en el Táchira y su contínua presencia amorosa intercesión en la región de los Andes.

Ella es la flor más bella de los Andes.

Eucaristía de Radio Natividad 14-08-2020

Promesa 2020 cumplida: para la Virgen de Consolación

Texto tomado de: www.venezuelataurina.com
por: César Omaña
Director de venezuelataurina.com


La actividad la encabeza el torero en retiro Jesús Colombo, quien a modo de promesa viene juntando esfuerzos cada mes de agosto, para llevar adelante la remozada de la obra que fue inaugurada en 2008.

Como muchos saben, el mundo del torero está rodeado de gran devoción a la Virgen. Muchas ferias taurinas se realizan en homenaje a la Virgen; como ejemplos, en Venezuela se tienen:

  • La Feria de La Consolación de Táriba, en el mes de agosto.

  • La Feria de La Virgen de Regla, en Tovar, mes de septiembre.

  • La Feria de Valencia (Estado Carabobo), en homenaje a La Virgen del Socorro, en noviembre.

  • La Feria de La Chinita en Maracaibo

Así como, esta acción, los devotos de la Virgen de Consolación realizan promesas que cada año cumplen en Honor a la Virgen; en este caso es la pintura del monumento. Otros, como quien escribe, realizan difusión de la Virgen de Consolación, en medios de comunicación, para agradecer los favores recibidos.

Cada año, se suman mas devotos a esta obra sencilla iniciada por Jesús Colombo; pero, muy meritoria: tanto por los costos involucrados como por la complejidad de llevar a cabo la obra. Les debemos los nombres de todos, que merecidamente deben aparecer aquí.

Y Ud., ¿Qué promesa le cumple a la Virgen por algún favor recibido?

Escríbanos, y podría ser incluida en una honorable lista de fieles devotos de la Virgen de Consolación.

Con motivo de celebrarse este 15 de Agosto 2020, el Día de la Virgen de Consolación de Táriba, su monumento, ubicado a la entrada de la ciudad, fue pintado por un grupo de devotos, como se viene haciendo desde hace cinco años.

Invitación a Peregirinación virtual Virgen de Consolación 2020

Con motivo de la pandemia del coronavirus, la peregrinación a la Virgen de Consolación de Táriba 2020, no podrá realizarse debido a el confinamiento necesario para evitar el contagio y mantener la distancia social.

En un esfuerzo por mantener de alguna manera la tradición, el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal Mons. Mario del Valle Moronta, junto a un gran equipo de colaboradores llevan adelante la Peregrinación Virtual a la Virgen de Consolación.

Coloca un altar en tu casa con la imagen de la Virgen,

Reza el rosario en familia,

Leer, meditar y compartir la palabra de Dios,

Hacer una obra de caridad propia.

Para compartir en redes sociales, usa la etiqueta es # VirgendeConsolación

El audio está en la voz del locutor Lic. José Alí Méndez